Colección: Barro Negro

La arcilla negra es la clave para obtener estas fabulosas creaciones. Este material se encuentra en las profundidades del suelo de Oaxaca, en el sur de México.  El proceso para limpiar la arcilla negra requiere paciencia; se deben retirar todas las raíces y cualquier tipo de impureza hasta que la arcilla esté totalmente pura, este proceso podría tardar hasta un mes. Una vez creadas las piezas se secan al sol durante varios días; en caso de que se desee un acabado metálico o negro brillante se pulen con una piedra de cuarzo plana húmeda. Este tipo de arcilla adquiere su característico color negro durante su etapa de quemado y ahumado, que se realiza en horno de leña o de forma tradicional; en un horno (hoyo) en el suelo donde se hornean las piezas a temperaturas entre 1300 y 1450 °F. Una vez horneada la pieza, se sella el hoyo y se evita la entrada de aire, lo que hace que los vapores negros se adhieran a la superficie de la arcilla. Finalmente, las piezas se dejan enfriar y se pulen con cuarzo, grafito o cera para dar diferentes tipos de acabados. Algunas creaciones incluso tienen varios acabados siguiendo la imaginación del artesano; cada obra puede tardar hasta veinte días en crearse.